18.3.11

El suelo

Fue una noche como otra cualquiera, pero muy importante al mismo tiempo. Era invierno, pero se sentía como si fuera verano. El tiempo está loco. Un viento persistente levantaba el calor del día. Él estaba nervioso, muy nervioso. Casi mareado, y fumando mucho más de lo que solía hacerlo. Pero el tabaco no le tranquilizaba - y fumar le calmaba siempre -.

Entonces salió afuera, al patio, y se sentó. Abrió un botellín de cerveza y empezó a beber - y eso era algo que hacía muchas veces por la noche -. Pero aquella vez fue diferente. Comprendió que había estado cayendo durante mucho tiempo, cayendo muy lento en un abismo y que había llegado blandamente abajo. Había alcanzado el fondo y ahora podía tocar el suelo con las manos, sin prisa.

Aquello fue lo que comprendió. Aunque fue una noche muy normal llegó a sus conclusiones y le hicieron mucho daño, le afectaron gravemente. De algún modo notó que la cerveza le sosegaba, le tranquilizaba como antes lo hiciera el tabaco. Según el caldo descendía su interior y le enfriaba se iban disipando la tensión y los problemas. Pensó que había caído muy hondo en el abismo si por primera vez necesitaba una cerveza para calmarse.

5 comentarios:

  1. Cuando no necesite una cerveza, sino seis, entonces habrá caído bien abajo.
    Lo importante es no perder de vista la salida del pozo, es fácil perderse entre tanta oscuridad.

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  2. no pintaba a tan grave la caída...al menos está desprovista de dramatismos...más que caída,parece el encuentro con la conciencia, con algo que no veía o no quería ver hasta ese momento...besos!!

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  3. Hombre, a veces un par de cervezas ayudan a relajarse, eso en sí no es un problema... el problema es si no lo consigues de otra forma, como tú dices.

    ¡Saludos!

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  4. A las noches siempre llegamos a más conclusiones, acertadas o no... ya es otro cantar

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  5. Reconozco esos días...días de lucidez y cerveza

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Háblame.